La dicha es
un pedacito de luna colgada
en los ojos cuando dormimos.
Es una nube de almidón
florecida en la mano
cuando acariciamos un niño.
Es volar por el cielo
con el alma colma.
Los labios nutridos de besos puros
entregados a quien apenas allí
dejamos durmiendo...
Pedro Arce.