sábado, 21 de abril de 2012

TAJAMAR






En el instante calmo
donde la luz del día me inunda
gotas azules caen del cielo
sobre el musgo de las piedras.
La brisa trepa por los árboles,
por la rosa que nada sabe.
Sube.

El sol quema el agua del Tajamar
una esfera de plata colma sus bordes.
Solitario bajo la sombra que me cubre
miro los sauces que se inclinan cargados.

Desde que toqué tus manos un día
( ¿ Cuándo fue? )
Esos límites que siempre tacto callado
por donde recorro otros confines verdes,
otros púrpuras de las sierras cercanas,
otros perfumes tejidos entre las noches.

Desde entonces quiero rozar tu boca con mis besos.
Tapizar tu cuerpo quieto con caricias radiantes.
Anudar mi silencio contra tus mejillas doradas,
así como anuda el pájaro sus alas para volar.


Quiero caber en el exacto hueco de tu mano.
Siempre!...



Pedro Arce

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